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jueves, 29 de diciembre de 2011

La cosmética BIO, buena para la piel y para el planeta


La cosmética natural tiene la ventaja de adaptarse a cada tipo de piel. Como el mundo vegetal es tan rico y variado, podemos elegir las materias primas que más nos convengan.
La cosmética natural se viene utilizando desde hace miles de años: los griegos y egipcios utilizaban hierbas naturales y flores para realizar cremas protectoras de la piel, champús, aceites, geles, sérums, etc. La elaboración es sencilla. Se prepara un extracto con las plantas deseadas y se añade a la fórmula que será aplicada en la piel. La sinergia entre los componentes naturales de la formulación actúan como conservantes en estos productos .


Estos productos de cosmética bio son más fáciles de tolerar y evitan las posibles reacciones alérgicas que producen otros productos con ingredientes sintéticos. Además, algunos productos como geles, aceites, cremas y jabones tienen propiedades desinfectantes, nutritivas y calmantes.

Simplemente una mención, para diferenciar la cosmética bio con la cosmética natural, en la cosmética bilógica se utilizan plantas con certificado de producción biológica, por lo que con ello mantenemos todas las propiedades innatas de la planta sin sustancias dañinas para la misma y aseguramos mayor eficacia en los principios activos a utilizar

 

Es muy importante conocer de qué están compuestos los cosméticos que nos aplicamos.
 ¿Por qué?

Porque la piel absorbe las sustancias con las que entra en contacto mediante la llamada "absorción percutánea". Y esto quiere decir que muchos compuestos de la cosmética no se quedan sólo en la piel, sino que llegan a los vasos sanguíneos y linfáticos y se dispersan por todo el cuerpo (pensemos en, por ejemplo, los parches de nicotina). Así, según qué productos haya en la crema que usemos, pueden aparecer en los riñones, hígado, etc. y quedar acumulados allí, pues el organismo no puede metabolizarlos algunos de ellos pueden ser verdaderamente tóxicos incluso cancerígenos.

Por ello es muy importante conocer de qué están compuestos los cosméticos que nos aplicamos. A continuación unos pequeños consejos para distinguir los ingredientes


Aceites Minerales: son derivados directos del petróleo muy baratos. Ofrecen una textura fina y sedosa y con sensación de alta hidratación. Pero en realidad, lo que hacen es crear una película de aceite que obstruye los poros, impide la transpiración y deshidrata la piel. Se esconden bajo el nombre de Paraffinum, parafinum liquidum o directamente como aceite mineral o "mineral oil". Se encuentran en la mayoría de los aceites infantiles, en la mayoría de cremas hidratantes del mercado y en muchos protectores labiales y pintalabios.
Sodium Lauril Sulfate y el Sodium Laureth Sulfate: son los detergentes y espumantes del 95% de los champús y geles de baño tradicionales. Estos productos, empleados, por ejemplo, en el desengrasado de máquinas y motores, son muy irritantes y poco respetuosos con la piel ya que eliminan toda la grasa natural. Eso sí, generan espuma.
Parabens: su uso es muy habitual en cosmética debido a su efectividad antibacteriana y antifúngica. Los parabens imitan a las hormonas del propio cuerpo, interfiriendo en el sistema endocrino: el hipotálamo, los ovarios, el tiroides, etc. Se han encontrado parabens en tumores cancerígenos de mama, en la leche materna, etc. Para evitarlos, busca en la etiqueta del producto nombres como Benzylparaben, Butylparaben, Ethylparaben, Isobutylparaben, Isopropylparaben, Methylparaben y Propylparaben.


Por ello es muy importante conocer de qué están compuestos los cosméticos que nos aplicamos.

 

En otros países el uso de la cosmética natural está más consolidado que en España incluso hay casas que son recetadas para patologías dermatológicas en el sistema de salud pública, 

¡¡¡Atrévete y prueba!!! de verdad te sorprenderá.